Nos conocimos un 15 de febrero de 2018, en la icónica torre insignia de Tlatelolco. En una reunión de trabajo donde discutimos sobre cómo mejorar la vida de miles de personas a través de la educación, coincidimos en nuestra pasión por los números y la motivación de tener un impacto positivo en el mundo.

Disfrutábamos tanto nuestra compañía, que en un afán por restar el tema matemático de nuestra conversación, tuvimos nuestra primera cita un 30 de mayo del mismo año. Fuimos al teatro y a cenar. Entre risas y con un corcho de vino convertido en juguete improvisado, nuestra química fue evidente, llevándonos a alimentar la chispa desde ese día en adelante.

Siete años después, con una pandemia, tres presidentes, una perrhija adoptada, 20 000 piezas de rompecabezas, una boda suspendida y una montaña de momentos inolvidables, ¡finalmente nos vamos a casar! Este día será otro hito en nuestras vidas y nos sentiremos muy afortunados de compartirlo con ustedes.

Con amor,

Karla y Waldo